Refinanciar deudas: una alternativa para evitar el sobreendeudamiento antes de que sea tarde

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En el escenario económico actual de tipos de interés altos, precios elevados y menor capacidad de ahorro, muchas familias en España se enfrentan a un reto cada vez más común: cómo seguir pagando sus deudas sin poner en riesgo su estabilidad económica
Una solución potencialmente efectiva —si se aplica a tiempo y con responsabilidad— es la refinanciación de deudas. Esta opción permite renegociar las condiciones de los préstamos existentes antes de llegar a un punto de sobreendeudamiento o impago. 

El problema del sobreendeudamiento en España 

El Banco de España indica que la deuda de los hogares españoles representaba aproximadamente el 46 % del PIB a comienzos de 2024, su nivel más bajo desde 2001. Sin embargo, el crédito al consumo sigue creciendo en volumen y coste: en el primer trimestre de 2024, los nuevos préstamos al consumo aumentaron un 6 % interanual, con un tipo medio cercano al 9 % TAE, uno de los más altos de Europa. 
Estos datos muestran que, aunque la deuda global se reduce, las familias más vulnerables están asumiendo préstamos más caros, lo que eleva el riesgo de sobreendeudamiento. 

El organismo supervisor alerta de que la subida de los tipos de interés —que el Banco Central Europeo mantiene en torno al 4,5 % desde 2023— está afectando especialmente a los hogares con préstamos variables. Muchos de ellos están viendo cómo su cuota mensual se incrementa mes a mes. 

Qué significa refinanciar una deuda 

Refinanciar deudas consiste en negociar nuevas condiciones con la entidad financiera para hacer los pagos más sostenibles. No implica necesariamente pedir dinero nuevo, sino modificar los términos del préstamo existente, como el plazo, el tipo de interés o el importe de la cuota. 

Por ejemplo, una persona con varios créditos personales puede refinanciar con su banco para reducir la presión mensual: ampliando el plazo de devolución o pasando a un tipo fijo. 
A diferencia de la reunificación de deudas, que agrupa varios préstamos en uno nuevo, la refinanciación busca adaptar las condiciones sin generar una nueva operación global

Cuándo puede ser una buena opción 

Refinanciar deudas no siempre es la solución adecuada, pero puede ser una herramienta eficaz cuando se actúa a tiempo. Algunos casos donde puede resultar conveniente son: 

  • Cuando los tipos variables han encarecido las cuotas mensuales. 

  • Si ha habido una reducción temporal de ingresos (por ejemplo, pérdida de empleo o gastos imprevistos). 

  • Cuando se desea mejorar el historial crediticio antes de llegar a un impago. 

  • Si se quiere ganar liquidez a corto plazo sin recurrir a créditos rápidos o de alto coste. 

Entidades especializadas como Bravo ofrecen soluciones de refinanciación personalizadas, orientadas a reorganizar las deudas y evitar que los intereses o retrasos lleven a una situación más difícil. Este tipo de servicio puede ser especialmente útil para quienes quieren recuperar el control financiero antes de que la deuda crezca

Riesgos y errores a evitar 

Refinanciar puede aliviar la presión financiera, pero también puede convertirse en un error si se hace sin planificación. Los principales riesgos son: 

  1. Ampliar demasiado el plazo. Aunque la cuota mensual baje, el coste total del préstamo puede aumentar significativamente. 

  2. Firmar sin comparar. Cada entidad ofrece condiciones distintas; es fundamental comparar TAE, comisiones y penalizaciones. 

  3. No analizar la causa del problema. Si la raíz del endeudamiento sigue presente (falta de control del gasto, ingresos inestables, etc.), la refinanciación solo pospone la dificultad. 

  4. Refinanciar de forma repetida. Hacerlo varias veces seguidas puede dañar la solvencia y complicar futuras solicitudes de crédito. 

La educación financiera y la transparencia en las condiciones son claves para evitar estos errores y usar la refinanciación como una herramienta útil, no como una trampa. 

Claves para una refinanciación responsable 

Antes de iniciar un proceso de refinanciación, conviene seguir algunas recomendaciones: 

  • Calcular la capacidad de pago real. Los expertos recomiendan que las deudas no superen el 35 % de los ingresos netos del hogar. 

  • Solicitar información por escrito. Todo acuerdo debe incluir claramente los nuevos plazos, tipos de interés y comisiones. 

  • Evitar productos vinculados innecesarios. Algunos bancos ofrecen la refinanciación junto con seguros o tarjetas; no son obligatorios. 

  • Consultar a un asesor financiero. Puede ayudar a negociar condiciones o determinar si es mejor refinanciar, reunificar o amortizar. 

Una refinanciación responsable puede reducir el riesgo de impago y dar aire al presupuesto familiar sin recurrir a medidas más drásticas como la Ley de Segunda Oportunidad. 

Hacia una cultura de prevención financiera 

Refinanciar una deuda no significa haber fracasado, sino haber decidido actuar antes de que la situación se vuelva insostenible. Esta mentalidad de prevención es esencial en un contexto económico cambiante, donde la estabilidad puede verse afectada por una subida de tipos o una pérdida de ingresos. 

En definitiva, la refinanciación de deudas es una herramienta de planificación, no de rescate. Permite adaptarse, ganar tiempo y mantener la tranquilidad. Pero como toda decisión financiera, requiere información, responsabilidad y acompañamiento profesional.